Han
tenido que pasar varios días desde aquel fatídico domingo para poder
sentarnos, coger aire, y poder dedicarte unas palabras. Todo lo que te
diga el equipo de Black Box es poco, pero lo más importante es que
fuiste uno más entre nosotros y lo seguirás siendo siempre.
El
pasado lunes, Marco me dio una grandísima noticia y lo primero que
pensamos fue en celebrarlo contigo, en ir a Ficciones y pedirte un par
de cervezas de esas congeladas que nos guardas y contarte la buena
nueva. Como cuando sabemos que hemos perdido el rumbo y nada más salir
de trabajar vamos por inercia a Ficciones a verte, a desconectar de todo
esto que nos rodea y que va tan rápido. Al igual que cuando te presenté
a mi sobrino Pablo con 15 días de vida y me abriste Ficciones para que
no pasara frío…
Motor
de ilusiones que ha desaparecido, siempre creando, innovando,
proponiendo. Siempre con una sonrisa al vernos, saliendo de la barra y
saludándonos personalmente al entrar.
Cuántas
veces hemos ido a verte para organizar eventos y teníamos que gritarte:
“¡Nacho! Siéntate ya y escúchame 10 minutos, que vamos detrás de ti
colocando películas y no hay manera de cerrar nada”. “Venga hombre, que
tenemos que organizar Four Rooms, Cine
a la fresca, el viaje a Sevilla”. Me sale una sonrisa desde lo más
profundo del corazón. Nacho, si es que eres grande, muy grande.
No
soy capaz de seguir escribiendo porque la desazón me turba las muchas
ideas y sentimientos que, desordenados y rápidos, llegan a mi cabeza y
que no logro poner en orden. Tengo en la mano esa chapita que me pusiste
mientras me decías: “Nono, aquí tendrás guateques”.
Te
admiramos, te queremos y te tenemos muy presente: Mariángeles, Josemi,
Macu, Marco, Chus, Alberto,Pablo, Elena… y tanta gente que ha podido
disfrutar de tu presencia y sabiduría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario